viernes, 30 de diciembre de 2011

Mind The Gap

En “As caixas de papelâo da família A. Almeida”, el primero de los relatos que se incluye en Mind the Gap, el pasado se guarda como un tesoro en una caja de cartón situada en un cuarto escondido, en un lugar prohibido. Tia Gina, la protagonista, rebusca en la caja mientras el resto de sus familiares muestran aprensión ante la posibilidad de que invierta el orden natural de la familia. La irrupción del pasado puede romper el orden establecido. Esto es lo que pretende en líneas generales V. H. Rossi en esta fascinante colección de cuentos que es Mind the Gap: mostrar la cotidianeidad invirtiendo el orden definido por el presente, por la realidad, creando situaciones extrañas y desconcertantes que a buen seguro llamarán la atención del lector.
V. H. Rossi se complace, pues, en describir aspectos de la vida cotidiana: la imposibilidad de la felicidad en un mundo abarrotado de desilusión; la ausencia de novedades y alegrías en la vida; la vejez con todos sus achaques; la búsqueda de vías de escape para la rutina diaria; la fuerza de la costumbre en nuestra forma de afrontar las situaciones; la locura como forma de expresión (borrachos, locos, incluso asesinos son personajes de Mind the Gap); la alienación en el trabajo; el contraste entre mundo interior y mundo exterior, entre la alegría que puede sentir una persona y la sensación de agobio y malestar que existe a su alrededor entre la gente que le rodea; las dificultades que experimentan las relaciones amorosas; el silencio, la soledad, la miseria y la pobreza, en definitiva.
Es frecuente, por otra parte, en estos cuentos la obsesión por los detalles, por los objetos, la repetición de personajes (A. Almeida aparece en más de un relato) y el juego irónico con el sentido de las palabras. Observadora atenta de los otros, V. H. Rossi cuenta historias cotidianas que se desarrollan en el metro, en el trabajo, en el bar, en el banco, en un periódico, encontrando en lo cotidiano siempre alguna anécdota que le permite trascender y comprender un poco mejor las actitudes más comunes de los hombres. La búsqueda de la identidad es, por lo demás, un tema recurrente. En los cuentos, la autora opta normalmente por dar un giro final a la narración, de tal modo que el lector se va a encontrar casi siempre con una sorpresa. Es característico también que los personajes desarrollen trabajos que no desean realizar tales como empleada en una tienda de vestidos o redactor de horóscopos o cartas de lectores ficticios.
Es cierto, en resumidas cuentas, que en estos maravillosos cuentos aletea un cierto aire de desilusión y desesperanza. “Somos fadados ao fracasso da vida”, dice el protagonista de uno de los relatos. Pero permanece el amor a la vida, tal como nos recuerda la autora. “O homem já nasce condenado à vida por isso ama tanto”.